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Descubren centro de videovigilancia del narco en Culiacán

Queridos míos, les voy a contar algo que ocurrió en Culiacán, Sinaloa, una ciudad que, como muchas otras, ha visto días difíciles. En un barrio tranquilo, llamado Las Quintas, la madrugada se llenó de ruido y sorpresa. No era algo común, sino un enfrentamiento que dejó al descubierto algo que nos hace reflexionar sobre cómo el mal se adapta a los tiempos modernos.
Resulta que las autoridades, en un operativo militar, encontraron una casa que no era una vivienda cualquiera. Dentro de ella había armas, monitores y una red de cables que conectaban cámaras de videovigilancia en distintos puntos de la ciudad. Imagínense, queridos, un sistema tan sofisticado que permitía a los criminales moverse con facilidad, evitando patrullas y operativos. Era como si tuvieran su propio centro de inteligencia, algo que antes no se veía.
Las autoridades dicen que este hallazgo es parte de una estrategia para reducir la violencia en Sinaloa, que desde septiembre ha vivido días oscuros por los enfrentamientos entre grupos criminales. Es triste, ¿verdad? Ver cómo la tecnología, que podría usarse para el bien, se convierte en una herramienta del mal.
Pero también hay algo que nos deja pensando. Antes, los criminales usaban a jóvenes, llamados “halcones” o “punteros”, para vigilar y avisar de los movimientos de las autoridades. Ahora, con estos sistemas, ya no los necesitan. Y muchos de esos jóvenes, en lugar de ser informantes, han sido arrastrados a la violencia como pistoleros. Es una cadena que duele, porque al final, son vidas que se pierden, familias que sufren.
Quiero que reflexionemos, queridos míos, sobre cómo el mundo cambia, pero también sobre cómo nosotros, como sociedad, podemos ser luz en medio de la oscuridad. La paciencia, la unión y la esperanza son claves. No todo está perdido, aunque a veces parezca que sí. Cada pequeño paso hacia la paz cuenta, y cada uno de nosotros puede aportar algo, aunque sea con una palabra de aliento o un gesto de bondad.
Así que, mientras tomamos nuestra bebida caliente en esta tarde tranquila, recordemos que, aunque las noticias a veces nos entristecen, siempre hay algo que podemos hacer para construir un mañana mejor. Con cariño, su abuelita.