Internacional
Trump amenaza a Putin con impuestos y sanciones para detener la guerra

Ah, sí, el gran Donald Trump, el hombre que siempre tiene una solución para todo (y si no la tiene, la inventa), decidió que es hora de jugar al mediador internacional. ¿Su estrategia? Amenazar a Vladimir Putin con impuestos, aranceles y sanciones si no pone fin a la guerra en Ucrania. Porque, claro, ¿qué mejor manera de resolver un conflicto bélico que con una buena dosis de política fiscal?
En un mensaje lleno de su característica modestia, Trump declaró: “No busco hacer daño a Rusia. Amo al pueblo ruso y siempre he tenido una muy buena relación con el Presidente Putin”. Ah, qué bonito. Aunque uno se pregunta si esa “muy buena relación” incluye los momentos en que Putin lo llamaba “amigo” mientras Trump le sonreía como si estuvieran en una cita romántica. Pero, ojo, no nos distraigamos con los detalles.
El exmandatario también recordó que Rusia ayudó a ganar la Segunda Guerra Mundial, perdiendo casi 60 millones de vidas. Un dato histórico que, por supuesto, es totalmente relevante para justificar su amenaza de impuestos. “Voy a hacerle a Rusia, cuya economía está fallando, y al Presidente Putin, un gran FAVOR”, dijo Trump. Sí, porque nada dice “favor” como estrangular económicamente a un país.
Y luego está su clásica táctica de “esto nunca habría pasado si yo estuviera a cargo”. Según él, la guerra en Ucrania no habría comenzado si él hubiera sido presidente. Porque, obviamente, Trump tiene un don para resolver conflictos internacionales con la misma facilidad con la que firma cheques.
En resumen, Trump quiere que Putin “haga un trato” y detenga la guerra. Porque, como todos sabemos, los conflictos globales se resuelven con la misma facilidad que un episodio de *El Aprendiz*. ¿Fácil, no? Solo falta que ofrezca un descuento en impuestos a cambio de paz. ¡Qué generoso!
Así que, ahí lo tienen: Trump, el fiscalista de la paz, amenazando con impuestos mientras recuerda viejos tiempos de guerra. ¿Funcionará? Probablemente no. Pero, al menos, nos deja con una buena dosis de sarcasmo para reflexionar.