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El Willi revela 33 cuerpos en fosas clandestinas en Chihuahua

En las sombras de un predio desolado, conocido ominosamente como *El Willi*, en el municipio de Casas Grandes, Chihuahua, la tierra ha comenzado a devolver sus secretos más oscuros. La Fiscalía General del Estado (FGE) ha confirmado, con un tono que apenas logra ocultar la gravedad del hallazgo, que 33 cuerpos han sido exhumados de fosas clandestinas, marcando un capítulo más en la tragedia que azota esta región.
El miércoles 22 de enero, el silencio de la zona fue interrumpido por el descubrimiento de 10 fosas que albergaban 19 cuerpos, entre ellos, 7 osamentas que hablaban de un pasado aún más lejano. Solo un día antes, el martes 21 de enero, otros 10 cuerpos habían sido encontrados, sin que se pudiera determinar su sexo, como si la muerte misma hubiera decidido borrar sus huellas.
Pero el horror no comenzó ahí. El 15 de enero, en un lugar cercano conocido como Mesa La Avena, el camino que conduce a *El Willi*, una fosa reveló 4 cuerpos, todos hombres, cuyas identidades yacen ahora bajo el peso de un misterio que solo la ciencia forense podría desentrañar.
Los operativos de búsqueda, coordinados por la Comisión Local de Búsqueda, han movilizado a un ejército de especialistas: agentes del Ministerio Público, la Fiscalía de Distrito Zona Noroeste, la Agencia Estatal de Investigación, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano. Cada paso, cada palada, está impregnado de la urgencia de dar respuestas a familias que llevan años esperando noticias de sus seres queridos.
Un equipo interdisciplinario de peritos criminalistas y antropólogos forenses se ha encargado de la exhumación y recuperación de los restos, mientras que el Servicio Médico Forense traslada los cuerpos a los laboratorios de Servicios Periciales y Ciencias Forenses en Ciudad Juárez. Allí, bajo la luz fría de los microscopios y las herramientas de la ciencia, se intentará descifrar el tiempo y la causa de la muerte, así como las identidades de quienes perdieron la vida en circunstancias que solo pueden describirse como aterradoras.
Cada cuerpo, cada hueso, cuenta una historia de dolor y desesperación. Y mientras el mundo observa, *El Willi* se convierte en un símbolo de una tragedia que parece no tener fin, un recordatorio de que, en las profundidades de la tierra, aún yacen secretos que claman por justicia.