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Reflexiones sobre las nuevas reglas para los candidatos al Poder Judicial

Queridos míos, hoy les quiero platicar de algo que me llamó la atención y que, como siempre, me hace reflexionar sobre cómo van cambiando las cosas con el tiempo. Resulta que los candidatos al Poder Judicial, esos que aspiran a ser ministros, magistrados o jueces, van a enfrentar nuevas reglas para promover sus aspiraciones. Y no es que sea algo malo, al contrario, me parece que es una oportunidad para recordar la importancia de la honestidad y la humildad en quienes buscan servir a los demás.
El Instituto Nacional Electoral, ese que vela por que todo marche bien en las elecciones, está proponiendo que estos candidatos no puedan usar espectaculares, bardas ni ningún medio en la vía pública para darse a conocer. Imagínense, ya no verán sus rostros en cada esquina, como solía ser. En lugar de eso, tendrán que usar sus propios recursos, pero con límites muy claros: sólo podrán gastar en lo esencial, como traslados, comida y hospedaje. Y, por supuesto, podrán usar las redes sociales, pero sin pagar para que sus mensajes lleguen más lejos.
Esto me hace pensar en cómo antes las cosas eran más sencillas. Hoy, con tanta tecnología, a veces parece que lo importante es quién tiene más presencia en internet o quién gasta más dinero. Pero estas nuevas reglas nos recuerdan que lo verdaderamente valioso es lo que uno lleva dentro: la experiencia, las propuestas y, sobre todo, la integridad.
Ahora bien, no todo es tan fácil. El INE tendrá una tarea enorme, casi como un maratón, para vigilar que estas reglas se cumplan. Y lo hará con menos recursos, porque, como saben, los tiempos no están fáciles para nadie. Pero eso no los detendrá. Estarán atentos a cada movimiento, revisando cuentas y bienes, para asegurarse de que todo sea transparente.
Y aquí viene algo que me parece muy importante: los candidatos no podrán recibir dinero de nadie, ni hacer rifas ni donaciones. Tampoco podrán gastar más de lo permitido. Si lo hacen, habrá consecuencias, desde multas hasta la pérdida de su candidatura. Esto me hace pensar en lo valioso que es aprender a vivir con lo que uno tiene, sin buscar atajos ni ventajas injustas.
Por último, queridos míos, les cuento que se está discutiendo si los candidatos a ministros podrán gastar hasta tres millones de pesos. Aunque parezca mucho, algunos dicen que es poco para lo que implica una campaña. Pero, como siempre digo, no se trata de cuánto se gasta, sino de cómo se usa lo que se tiene.
En fin, queridos, estas nuevas reglas son una invitación a reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida pública: la honestidad, la transparencia y el compromiso con los demás. Y aunque los tiempos cambien, estos valores siempre serán la base de una sociedad justa y equilibrada. Así que, mientras tomamos nuestra bebida caliente, pensemos en cómo cada uno de nosotros puede aportar un granito de arena para que las cosas marchen mejor. Con paciencia, cariño y mucha sabiduría, todo es posible.