Karla Gascón reflexiona sobre su nominación al Óscar y la importancia del respeto

Queridos míos, hoy les quiero contar una historia que me ha hecho reflexionar mucho, como cuando uno se sienta a tomar un té calentito en una tarde tranquila. Se trata de Karla Gascón, una actriz española que ha sido nominada al Óscar por su papel en la película *Emilia Pérez*. Es la primera mujer trans en aspirar a este reconocimiento, algo que, sin duda, es un gran paso para la inclusión en el cine.

Karla, con esa sabiduría que da la experiencia, ha compartido que, aunque esta nominación ha venido acompañada de insultos y críticas, ella se siente feliz de estar viviendo este momento. “No tiene que ver con mi sexualidad ni con mi apariencia”, dice con calma. “Es mi trabajo, mi esfuerzo, lo que me ha traído hasta aquí”. Y qué razón tiene, ¿no? Al final, lo que importa es lo que uno hace con dedicación y amor.

Ella también habla de cómo le duele ver que, en algunos lugares del mundo, hay personas que promueven el odio y la división. “Es triste”, dice, “porque ese odio solo perjudica a quienes lo alimentan”. Y es cierto, queridos, ¿cuántas veces hemos visto que el rencor no lleva a nada bueno? Karla nos invita a pensar en lo que compartimos, en cómo tratamos a los demás, y en la importancia de respetar las diferencias. “Cada quien tiene derecho a ser quien es”, nos recuerda, y qué bonito sería si todos lo entendiéramos.

Aunque ha enfrentado campañas para desprestigiarla, Karla sigue firme, con esa fuerza que solo da el ser fiel a uno mismo. “Mi éxito es porque soy yo misma”, dice con orgullo, y eso, queridos, es una lección que todos deberíamos aprender. No hay mayor triunfo que vivir con autenticidad y sin dejarse manipular por los demás.

Así que, mientras disfrutamos de nuestra bebida caliente, pensemos en lo que Karla nos enseña: el valor de la paciencia, la importancia de respetar al prójimo y la belleza de ser uno mismo. Porque, al final, como ella bien dice, lo que queda es el amor y el respeto que sembramos en el camino.

Un abrazo grande, como el que les daría si estuvieran aquí conmigo.