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La carretera que promete unir Oaxaca y reducir la paciencia de los conductores

Ah, sí, la tan esperada carretera Mitla-Tehuantepec, esa maravilla de la ingeniería moderna que promete reducir el tiempo de viaje de 4 horas y media a solo 2 horas y media. ¿Quién necesita un viaje largo y contemplativo cuando puedes llegar a tu destino en tiempo récord, justo a tiempo para preguntarte si realmente valió la pena salir de casa?
La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en su papel de estrella invitada, no perdió la oportunidad de presumir esta obra faraónica. Con 169 kilómetros de asfalto, 10 túneles (uno de ellos de 250 metros, porque ¿por qué conformarse con algo pequeño?), 79 puentes y viaductos, y suficiente acero como para construir un ejército de robots, esta carretera es el sueño húmedo de cualquier ingeniero civil. Y no olvidemos los 30 millones de metros cúbicos de corte en los cerros, porque, claro, ¿qué sería de una carretera sin un poco de drama geológico?
Pero no todo es asfalto y números impresionantes. Sheinbaum aprovechó para anunciar más obras en Oaxaca, porque, aparentemente, una carretera no es suficiente para mantener contenta a la población. Entre repavimentaciones, presas y trenes interoceánicos, parece que Oaxaca se convertirá en el nuevo centro del universo. ¿Quién necesita Nueva York cuando tienes Pochutla?
Y no podía faltar el discurso sobre la economía. Según Sheinbaum, el peso está fuerte, la inversión extranjera está en su punto más alto y la inflación está bajo control. ¿Coincidencia? No, es la magia de la Cuarta Transformación. Porque, como todos sabemos, cuando el gobierno dice que la economía está bien, definitivamente no hay nada de qué preocuparse.
Pero lo más emocionante fue el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios y afromexicanos en la Constitución. Por fin, después de siglos de olvido, estas comunidades recibirán un presupuesto directo. Aunque, claro, uno no puede evitar preguntarse si este gesto es más simbólico que práctico. Pero, hey, al menos es un paso, ¿no?
En resumen, la carretera Mitla-Tehuantepec es más que una vía de transporte; es un símbolo de progreso, desarrollo y, sobre todo, de cuánto dinero se puede gastar en un solo proyecto. Así que, si alguna vez te encuentras en Oaxaca, no olvides recorrer esta maravilla moderna. Y si te aburres, siempre puedes contar los puentes.