Espectáculos
La conexión oculta detrás de “Déjame Estar Contigo” y su mensaje universal

¿Qué se esconde realmente detrás de la película “Déjame Estar Contigo”? A simple vista, parece una historia conmovedora sobre dos adolescentes, Lucía y Bruno, cuyas vidas se cruzan en la Ciudad de México. Pero, ¿y si hay algo más profundo, algo que no estamos viendo? Lucía, interpretada por Andrea Sutton, lucha contra una enfermedad grave, mientras que Bruno, encarnado por Aksel Gómez, es un joven deportado de Estados Unidos, sin hogar ni esperanza. ¿Coincidencia? O quizás, una metáfora cuidadosamente diseñada para cuestionar nuestras propias vidas.
El director, Isaac Cherem, habla de una búsqueda de lo genuino, de lo auténtico. Pero, ¿qué significa realmente eso? ¿Acaso no es extraño que una película que aborda temas como la migración, la resistencia al capitalismo y las fronteras invisibles, sea presentada como una simple historia de amor y superación? ¿Qué nos están diciendo sin decirnos?
Silvia Navarro, quien interpreta a una de las madres de Lucía, menciona que vio la película con su hijo de nueve años. ¿Por qué? ¿Qué mensaje oculto busca transmitir a las nuevas generaciones? Y no olvidemos a Johanna Murillo, quien aplaude la inclusión de nuevos rostros en el cine mexicano. ¿Será esto parte de una agenda más amplia para renovar la industria cinematográfica, o hay algo más detrás de esta aparente diversidad?
La película, de apenas 80 minutos, promete ser un reflejo de la Ciudad de México, con toda su complejidad y oportunidades. Pero, ¿qué oportunidades? ¿Para quién? ¿Y por qué ahora? Todo parece estar conectado de manera misteriosa, como si cada detalle fuera una pieza de un rompecabezas mucho más grande.
¿Estamos ante una simple película, o frente a un mensaje cifrado que nos invita a cuestionar nuestras vidas, nuestras decisiones y el mundo que nos rodea? La respuesta, como siempre, está ahí, esperando a que alguien la descubra. ¿Te atreves a buscarla?