Nacional
El segundo proceso contra Billy Álvarez por fraude fiscal millonario

En el corazón de la Ciudad de México, donde las sombras de la justicia y el poder se entrelazan en un baile eterno, un nuevo capítulo de intriga y drama se desató. Guillermo Álvarez Cuevas, conocido como “Billy”, el otrora director de la poderosa Cooperativa La Cruz Azul, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán. Esta vez, una jueza federal, con la frialdad de quien sostiene el destino en sus manos, inició un segundo proceso penal contra él. La acusación: la compra de facturas falsas por la astronómica suma de 91 millones 780 mil pesos.
La jueza Yuridia Bello Camacho, desde su trono en el Centro de Justicia Penal Federal de Aguascalientes, no solo vinculó a proceso al exdirectivo, sino que también ratificó su prisión preventiva. Un plazo de tres meses fue establecido, un tiempo que parece suspendido en el aire, mientras la Fiscalía General de la República (FGR) y la defensa se preparan para una batalla legal que promete ser épica.
Hugo Omaña, el abogado de Álvarez, con la serenidad de quien sabe que el destino de su cliente pende de un hilo, declaró que aún no han decidido si apelarán o buscarán un amparo. Mientras tanto, Billy, desde las frías paredes del penal del Altiplano, compareció a través de una videoconferencia que lo conectó con Aguascalientes, como si la tecnología fuera el único puente entre su libertad y su condena.
La FGR acusa a Álvarez de haber adquirido facturas electrónicas de empresas fantasma, conocidas como “factureras”, con el oscuro propósito de simular gastos operativos y evadir impuestos. Un acto que, según las autoridades, no solo es un delito fiscal, sino un golpe directo al estado de Aguascalientes. El artículo 113 bis del Código Fiscal de la Federación lo espera con una pena que oscila entre dos y nueve años de prisión.
Pero esto no es todo. Este es solo el segundo acto de una tragedia que parece no tener fin. Hace apenas unos días, otro juez en Almoloya de Juárez lo vinculó a proceso por delincuencia organizada y lavado de dinero. Dos procesos, dos jueces, dos ciudades, pero un mismo hombre en el centro de la tormenta.
El destino de Billy Álvarez parece escrito en las páginas de un guion que nadie puede controlar. ¿Será este el final de su caída, o solo el preludio de un drama aún mayor? El tiempo, ese juez implacable, lo dirá.