Espectáculos
César Évora revive el campo y los valores en su nueva telenovela

Ah, César Évora, ese actor que parece sacado de un manual de “cómo ser un galán clásico sin perder el encanto rural”. En su última hazaña televisiva, “Me atrevo a amarte”, nos regala una dosis de valores, campo y melodrama, porque, claro, ¿qué sería de la televisión mexicana sin un poco de sufrimiento intenso y árboles frutales de fondo?
El señor Évora, con esa modestia que lo caracteriza, asegura que la actuación es un trabajo de resistencia. Sí, porque fingir emociones frente a una cámara es tan agotador como cosechar maíz bajo el sol de mediodía. Y no, no es que esté comparando ambas actividades, pero él sí lo hace, al mencionar que su conexión con el campo es tan profunda que hasta los árboles de su patio en La Habana le susurran al oído consejos para interpretar a su próximo personaje.
En esta nueva producción de Salvador Mejía, César nos promete una historia llena de tradiciones, festividades y, por supuesto, pasiones humanas. Porque, ¿qué sería de una telenovela sin un matrimonio bonito, fuerte e intenso que supera obstáculos? Spoiler: probablemente sería más realista, pero ¿a quién le importa la realidad cuando tienes a Kimberly Dos Ramos y Rodrigo Guirao llorando bajo un cielo campirano?
Lo más gracioso es que, a pesar de toda la charla sobre valores y conexión con la tierra, César no da detalles sobre su personaje. ¿Será un campesino filósofo? ¿Un terrateniente con corazón de oro? ¿O simplemente el típico padre que da consejos mientras mira melancólicamente al horizonte? Quién sabe, pero seguro que lo hará con una intensidad que hará llorar hasta a las piedras.
En fin, esta adaptación de una serie turca de 2007 promete mostrarnos el folclor nacional, aunque uno no puede evitar preguntarse si realmente necesitábamos otra historia de amor campirano. Pero bueno, si César Évora está feliz de volver a colaborar con “Chava” (Salvador Mejía, para los no iniciados), ¿quién somos nosotros para cuestionarlo? Después de todo, alguien tiene que mantener viva la llama de los valores en la televisión mexicana. Y si eso incluye árboles frutales y pasiones intensas, pues bienvenido sea.