Internacional
La incertidumbre de los colombianos ante la suspensión de trámites de visa

Queridos míos, hoy les voy a contar algo que está pasando en nuestro querido país, Colombia, y que ha dejado a muchas personas con el corazón en vilo. Verán, resulta que este lunes, un grupo de personas, casi un centenar, se acercaron a la embajada de Estados Unidos en Bogotá con la esperanza de realizar sus trámites de visa, que ya tenían programados. Pero, ay, la vida a veces nos pone pruebas inesperadas, y les comunicaron que sus citas habían sido canceladas. Imagínense la decepción, después de tanto esperar y prepararse.
Uno de esos solicitantes, con el alma apenada, mostró una carta donde le explicaban que la cancelación se debía a un desacuerdo entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos. Resulta que nuestro país había rechazado recibir vuelos con personas deportadas desde Estados Unidos, algo que el presidente Gustavo Petro había autorizado antes, pero que luego cambió de opinión. La embajada les pidió que estuvieran atentos a sus correos y aplicaciones, pero la incertidumbre, como una nube gris, se cernía sobre ellos.
Andreina Morales, una joven que buscaba una visa de turismo para disfrutar de unas merecidas vacaciones, contó cómo le entregaron un papelito en la entrada de la embajada, informándole que su cita había sido cancelada. “Es frustrante”, dijo, con esa mezcla de resignación y esperanza que todos conocemos bien.
Pero, como en la vida, las cosas a veces se arreglan. La tensión entre los dos países comenzó a disminuir el domingo por la noche, cuando la Casa Blanca anunció que Colombia había aceptado los términos propuestos por el presidente Trump, incluyendo recibir a los deportados sin restricciones. Aunque, claro, no todo quedó resuelto de inmediato. El gobierno colombiano aseguró que garantizaría condiciones dignas para los deportados, incluso utilizando el avión presidencial para su traslado.
El presidente Petro, por su parte, expresó en sus redes sociales que los acuerdos deben ser provechosos para los pueblos, pero que no se pueden aceptar condiciones impuestas. “La solución a la migración ilegal no es deportar pueblos y criminalizarlos”, dijo, con esa firmeza que caracteriza a quien busca actuar sobre las causas profundas de los problemas.
Sin embargo, esta situación ha dejado preocupaciones en el aire, especialmente para los sectores económicos de Colombia. Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial, y la imposición de aranceles del 25%, que podrían aumentar al 50%, ha causado inquietud entre los cultivadores de flores y café, quienes dependen mucho de esas exportaciones.
Además, se anunció la suspensión de trámites de visa para ciudadanos colombianos y la revocación de visas a funcionarios y aliados del gobierno. Mauricio Manrique, otro solicitante de visa, expresó su preocupación por cómo estas medidas afectan no solo las relaciones comerciales, sino también los lazos familiares entre ambos países. “Hay mucha incertidumbre”, dijo, con esa voz que refleja el peso de lo desconocido.
Aunque la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó que las órdenes arancelarias se mantendrían en reserva, las restricciones de visa y las inspecciones aduaneras continuarán hasta que los primeros vuelos de deportados regresen a Colombia.
Mientras tanto, la embajada no ha aclarado cuándo se reanudarán los trámites de visa, dejando a muchos colombianos en una espera que, aunque difícil, también es una oportunidad para reflexionar. La vida nos enseña que, a veces, las cosas no salen como planeamos, pero siempre hay una lección que aprender y una nueva oportunidad que esperar.
Así que, queridos míos, en medio de esta situación, les digo: mantengan la calma, porque las tormentas pasan y el sol siempre vuelve a salir. Y recuerden, como decía mi abuela, “la paciencia es la madre de todas las virtudes”. Abrazos fuertes para todos.