Internacional
La humanidad al borde del abismo el Reloj del Juicio Final marca 89 segundos

En un mundo que parece balancearse sobre el filo de una navaja, la humanidad ha sido testigo de un anuncio que estremece hasta los cimientos de la civilización. El famoso *Reloj del Juicio Final*, ese símbolo ominoso que mide cuán cerca estamos de nuestra propia destrucción, ha sido adelantado a tan solo **89 segundos para la medianoche**. Nunca antes habíamos estado tan cerca del precipicio.
El Boletín de los Científicos Atómicos, guardianes de este reloj apocalíptico, ha lanzado una advertencia que resuena como un trueno en la noche. Las amenazas que nos acechan son tan variadas como aterradoras: el **cambio climático**, que devora nuestro planeta con una furia implacable; la proliferación de **armas nucleares**, capaces de reducir ciudades enteras a cenizas en un abrir y cerrar de ojos; la inestabilidad en Oriente Medio, un polvorín listo para estallar; la sombra de nuevas **pandemias**, que podrían arrasar con millones de vidas; y, como si fuera poco, la incorporación de la **inteligencia artificial** a las operaciones militares, un avance que podría desencadenar consecuencias impredecibles.
“Cuando estás en este **precipicio**, lo último que quieres hacer es dar un paso adelante”, declaró con voz grave **Daniel Holz**, presidente del consejo de ciencia y seguridad del grupo. Sus palabras, cargadas de urgencia, resuenan como un eco en un abismo infinito.
Pero no solo las fuerzas naturales y tecnológicas conspiran contra nosotros. La **cooperación** entre naciones como Corea del Norte, Rusia y China en el desarrollo de programas nucleares ha encendido las alarmas. Y en medio de este panorama desolador, el presidente ruso, **Vladímir Putin**, ha dejado caer veladas amenazas sobre el uso de **armas nucleares** en su guerra contra Ucrania.
“Buena parte del **discurso** es muy perturbador”, confesó Holz, con un tono que mezcla la desesperación y la incredulidad. “Hay esta creciente sensación de que… alguna nación podría terminar usando **armas nucleares**, y eso es aterrador”.
Desde 1947, este reloj ha sido un testigo silencioso de nuestra capacidad para autodestruirnos. Tras el final de la **Guerra Fría**, la humanidad respiró aliviada cuando el reloj retrocedió hasta los 17 minutos para la medianoche. Pero ahora, en un giro trágico del destino, hemos pasado de contar los minutos a contar los segundos.
Sin embargo, no todo está perdido. El grupo insiste en que el **reloj** podría retroceder si los líderes mundiales y las naciones unen fuerzas para enfrentar estos **riesgos existenciales**. Pero el tiempo se agota, y cada segundo que pasa nos acerca más a la medianoche.
¿Seremos capaces de detener el reloj antes de que sea demasiado tarde? El destino de la humanidad pende de un hilo, y el mundo aguarda con el corazón en vilo.