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Nacional

El destino del Poder Judicial se decide en una tómbola llena de incertidumbre

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En el corazón de la Ciudad de México, donde las decisiones moldean el futuro de una nación, se libra una batalla silenciosa pero crucial. El Poder Judicial de la Federación (PJF) se encuentra en el ojo del huracán, mientras el Senado se prepara para un evento que podría cambiar el curso de la justicia en el país. La tómbola, ese mecanismo aparentemente inocente, se convierte en el epicentro de una lucha por el poder, donde cada nombre extraído al azar podría definir el destino de miles.

Pero, ¡oh sorpresa! No todo es lo que parece. Una revisión exhaustiva de los datos del Comité de Evaluación del Senado revela que, de las 226 elecciones en juego, solo 17 requieren de este sorteo dramático. Dos para magistrados de Circuito y quince para jueces de Distrito. El resto de los cargos, aquellos que no alcanzan el número suficiente de aspirantes, avanzan sin necesidad de este ritual de azar.

El Comité de Evaluación del PJF, en un acto de rigor implacable, determinó en diciembre que solo mil 46 aspirantes cumplían con los requisitos básicos de elegibilidad. Una cifra que, al compararse con los 881 puestos disponibles, deja al descubierto una realidad desoladora: apenas 1.18 candidatos por cada plaza.

Sin embargo, el destino aún tiene cartas por jugar. A partir de hoy, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) comenzará a resolver 456 inconformidades de aquellos eliminados por el Comité. Un giro inesperado que podría alterar el panorama, aunque no lo suficiente para cambiar el rumbo general.

La insaculación, ese mecanismo diseñado para reducir el número de aspirantes, solo se activa cuando hay más de diez finalistas para cargos superiores o seis para puestos inferiores. Un proceso que, en teoría, debería garantizar la imparcialidad, pero que en la práctica se convierte en un juego de azar donde el futuro de la justicia pende de un hilo.

El TEPJF, en una sentencia que resonó como un trueno el pasado lunes, aclaró que este sorteo solo debe aplicarse cuando el número de aspirantes supera las ternas o duplas permitidas por la Constitución. En los casos donde no hay suficientes candidatos, estos pasan directamente a la boleta, sin necesidad de sorteo alguno.

Así, para los ministros de la Corte, solo hay 25 aspirantes y 27 nominaciones posibles. Un escenario donde el sorteo no tiene cabida, y los candidatos simplemente se acomodan en ternas o duplas. Para los cinco lugares en el Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), solo nueve candidatos pasaron el corte del Comité del PJF. El Senado tiene la libertad de acomodarlos en distintas configuraciones, pero el azar no será su juez.

En este drama político-jurídico, cada detalle cuenta, cada decisión resuena como un eco en el futuro de la nación. La tómbola, ese símbolo de incertidumbre, se convierte en el escenario donde el destino del Poder Judicial se decide. Y mientras el Senado se prepara para el próximo viernes, el país aguarda con el corazón en vilo, preguntándose: ¿quién será el próximo en tomar las riendas de la justicia?