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Rescatan a dos leones africanos en Puebla, porque tener mascotas exóticas es lo normal

Ah, sí, porque ¿qué mejor manera de demostrar tu amor por la naturaleza que encerrar a dos leones africanos en una jaula del tamaño de un closet? La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en su papel de héroe inesperado, rescató a esta pareja de felinos que, al parecer, estaban viviendo su peor versión de *El Rey León* en un domicilio particular en Puebla. Los pobres animales, hacinados y con signos de desnutrición, seguramente pensaban: “¿Esto es lo que llaman un safari urbano?”
El operativo, llevado a cabo el 22 de enero, fue todo un espectáculo digno de una película de acción. Inspectores de la Profepa, junto con personal capacitado para manejar felinos (porque, claro, cualquiera puede lidiar con un león sedado), trasladaron a los dos ejemplares de *Panthera leo* a un lugar más adecuado. ¿Un Predio o Instalación que Maneja Vida Silvestre (PIMVS)? Sí, porque nada dice “respeto por la naturaleza” como un nombre burocrático de 10 palabras.
Pero no creas que fue un trabajo sencillo. Para este rescate épico se necesitó un equipo multidisciplinario: personal del Zoológico del Altiplano, agentes del Ministerio Público, peritos de la Fiscalía General de la República (FGR), la Guardia Nacional, la Sedena y, por supuesto, los inspectores de la Profepa. Vamos, hasta podrían haber llamado a los bomberos y a un par de influencers para que el operativo fuera *viral*.
Lo más triste (o irónico, según cómo lo veas) es que los leones, una hembra y un macho, estaban en una jaula tan pequeña que probablemente ni siquiera podían darse la vuelta sin decir “perdón”. Afortunadamente, estaban en condiciones médicas para ser sedados y trasladados, porque, ¿qué podría salir mal al sedar a dos leones en un vecindario?
En fin, este rescate nos deja una valiosa lección: si vas a tener mascotas exóticas, al menos asegúrate de que tengan espacio para estirar las patas. O mejor aún, déjalas en su hábitat natural, donde no necesiten ser rescatadas por un ejército de funcionarios. Porque, seamos honestos, nadie quiere ser el vecino que tiene leones en el jardín.