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Descubren en asteroides pistas sobre el origen de la vida en la Tierra

¿Qué secretos ocultan los asteroides? ¿Podrían ser estos cuerpos celestes los responsables de sembrar la vida en nuestro planeta? Un reciente hallazgo de la NASA ha sacado a la luz evidencias que sugieren que los asteroides no solo contienen los ingredientes básicos para la vida, sino que también podrían haber albergado antiguos mundos acuáticos. Las muestras recogidas por la nave espacial Osiris-Rex del asteroide Bennu han revelado la presencia de minerales ricos en sodio, aminoácidos, nitrógeno en forma de amoníaco e incluso fragmentos del código genético. ¿Acaso estamos ante la prueba definitiva de que la vida en la Tierra tuvo un origen extraterrestre?
Tim McCoy, curador de meteoritos del Museo Nacional de Historia Natural, afirma que estos hallazgos apuntan a un entorno propicio para la formación de vida, donde el agua salada y los elementos esenciales se combinaron en un proceso que podría haber sido más común y antiguo de lo que imaginamos. Pero, ¿quién o qué pudo haber creado estas condiciones? ¿Fue obra del azar o existe una fuerza desconocida detrás de todo esto?
Las muestras de Bennu, un asteroide de apenas medio kilómetro de ancho, sugieren que este cuerpo celeste fue parte de un asteroide mucho más grande que albergaba una red subterránea de lagos o incluso océanos. Con el tiempo, el agua se evaporó, dejando tras de sí restos salinos que han sobrevivido miles de millones de años. ¿Qué más podrían esconder estos fragmentos cósmicos? ¿Y por qué la NASA y otros laboratorios en todo el mundo están tan interesados en analizarlos?
Daniel Glavin, de la NASA, destaca la sorprendente abundancia de nitrógeno en las muestras, un elemento crucial para la vida. Aunque estas moléculas orgánicas ya se habían identificado en meteoritos, las de Bennu son únicas: son auténtico material extraterrestre formado en el espacio, no contaminado por la Tierra. ¿Podría esto significar que la vida es más común en el universo de lo que creemos? ¿O que alguien, o algo, está sembrando estos ingredientes en el cosmos?
Mientras tanto, misiones futuras planean explorar otros cuerpos celestes, como el planeta enano Ceres y las lunas Europa y Encélado, en busca de más respuestas. Pero, ¿qué pasaría si descubrimos que no estamos solos? ¿Y si estos hallazgos son solo la punta del iceberg de una verdad mucho más grande y perturbadora? La pregunta sigue en el aire: ¿estamos solos en el universo, o hay algo más allá de lo que nuestros ojos pueden ver? La respuesta podría estar escrita en las estrellas… y en los asteroides.