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Una ballena embarazada muere tras chocar con un barco en Colima

Ahí va, otra historia triste que nos recuerda que el océano no es un parque acuático gigante. Una ballena cachalote, que estaba más preñada que una influencer en su tercer trimestre, quedó varada en las costas de Cuyutlán, Colima, después de un encuentro poco amistoso con un barco. Spoiler: el barco ganó. La pobre ballena terminó con una herida del tamaño de un agujero de guion en una película de Marvel, justo en su lado derecho.
La Universidad de Colima, en modo *salvemos el planeta*, mandó a un equipo de expertos y estudiantes de Ciencias Marinas, liderados por Christian Ortega Ortiz, quien básicamente es el Tony Stark de los mamíferos marinos en la región. Según él, este es el primer registro de un cachalote varado en Colima, lo que nos hace preguntarnos: ¿dónde estaban todos estos años? ¿En vacaciones?
La Profepa también se sumó al drama, aplicando su *Protocolo de Atención para Varamiento de Mamíferos Marinos*, que suena más complicado que armar un mueble de IKEA sin instrucciones. Este protocolo, que involucra a todos los niveles de gobierno y a voluntarios, básicamente es el manual de “qué hacer cuando una ballena decide quedarse en la playa”. Spoiler: no termina bien para la ballena.
En resumen, un día triste para la fauna marina y otro recordatorio de que, a veces, el ser humano es el peor enemigo de la naturaleza. Pero bueno, al menos ahora sabemos que hay un protocolo para esto. ¿Alguien tiene un protocolo para salvar el planeta? Asking for a friend.