Espectáculos
La lucha por la justicia contra Marilyn Cote y el clamor de sus víctimas

En un día que parecía salido de las páginas de un thriller judicial, el nombre de **Octavio Arroyo**, conocido en las redes como **”Mr Doctor”**, resonó con fuerza en el corazón de Puebla. Este jueves, bajo un cielo que parecía contener la respiración, Arroyo lideró una **manifestación épica** junto a las víctimas de la presunta psiquiatra **Marilyn Cote**, una mujer cuyo nombre ahora evoca oscuridad y engaño.
La **Casa de Justicia de Cholula** se convirtió en el escenario de un clamor desgarrador. Con un megáfono en mano, Arroyo, como un héroe moderno, encabezó la protesta con un grito que resonó como un trueno: **”¡Marilyn Cote, te queremos en el bote!”**. A su alrededor, decenas de manifestantes, heridos por la desesperanza, exigían que las autoridades actuaran con urgencia. La justicia, retrasada una y otra vez, parecía escurrirse entre sus dedos como arena.
Entre las voces que se alzaron, una destacó por su dolor: **Concepción**, una mujer de la tercera edad, cuya vida fue destrozada por un diagnóstico erróneo de esquizofrenia. Durante siete largos años, vivió atormentada por el miedo de lastimar a su propia familia, un sufrimiento que la llevó al borde del abismo. Su testimonio, cargado de lágrimas, fue un recordatorio cruel de las consecuencias de las malas prácticas de Cote.
Pero el escándalo no se detiene ahí. **Marilyn Cote**, quien se presentaba como una experta en salud mental, prometía curar la depresión y la ansiedad en solo siete días. Sin embargo, detrás de su fachada de profesionalismo se escondía una impostora. A pesar de afirmar haber estudiado en Harvard, las investigaciones revelaron que su formación académica era una mentira. Con una licenciatura en Derecho, carecía de las credenciales necesarias para tratar trastornos mentales, pero eso no le impidió engañar a cientos de personas.
El 7 de noviembre de 2024, el escándalo estalló como una bomba. Las redes sociales ardieron con denuncias y pruebas de sus engaños, incluyendo el uso de Photoshop en sus imágenes promocionales. Ese mismo día, **Cofepris** cerró su consultorio en Puebla, pero el daño ya estaba hecho. Poco después, en Tlaxcala, Cote fue detenida y enfrentó la justicia por usurpación de funciones y falsificación de documentos. Un juez de control dictó prisión preventiva, pero para las víctimas, esto solo es el comienzo de una larga batalla por la verdad.
En cada palabra, en cada grito, en cada lágrima, se siente el peso de una lucha que va más allá de un solo caso. Es una batalla por la justicia, por la dignidad, y por la esperanza de que nunca más alguien tenga que sufrir bajo las manos de un impostor. El destino de Marilyn Cote está en juego, pero también lo está la fe en un sistema que debe proteger a los más vulnerables. Y mientras las víctimas esperan respuestas, el mundo observa, expectante, a la espera de un desenlace que marcará un antes y un después.