Trump, Musk y el circo del cierre de USAID: ¿Quién necesita ayuda humanitaria?

Ah, sí, amigos, prepárense para otro capítulo de “El gobierno de EE.UU. hace cosas raras y todos nos preguntamos por qué”. Esta vez, el protagonista es USAID, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que, según parece, está a punto de ser desmantelada. ¿El motivo? Bueno, porque Donald Trump y Elon Musk decidieron que era hora de jugar a los arquitectos del caos.

Imaginen la escena: un contratista de USAID, con una hoja de papel en mano, pidiendo que “salven” la agencia. ¿Es una protesta o el guion de una película de bajo presupuesto? Difícil saberlo. Mientras tanto, los demócratas, como buenos héroes de telenovela, arremeten contra esta “genial” idea de Trump, calificándola de ilegal y prometiendo una batalla judicial. Porque, claro, ¿qué sería de Washington sin un buen drama legal?

Pero no se preocupen, Elon Musk está aquí para salvar el día. O para complicarlo más. El multimillonario, que parece tener más poder en Washington que un senador con café gratis, anunció que Trump había acordado con él cerrar USAID. ¿Por qué? Bueno, porque Musk tiene un nuevo juguete llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, sí, como el meme del perro). ¿Qué hace este departamento? Nadie lo sabe, pero suena importante.

Mientras tanto, los empleados de USAID recibieron la orden de no acudir a la sede. Policías bloqueando el acceso, legisladores frustrados, y todo esto mientras Marco Rubio, el secretario de Estado, está de vacaciones en Centroamérica. ¿Coincidencia? Probablemente no. Rubio, en un giro cómico, dijo que ahora es el administrador interino de USAID, pero delegó su autoridad a alguien más. ¿Quién? No lo sabemos, pero seguro que es alguien con una agenda muy ocupada.

Trump, por su parte, dijo que cerrar USAID “debería haberse hecho hace mucho tiempo”. ¿Por qué? Porque, según él, la agencia era un “fraude tremendo”. ¿Evidencia? Ninguna. ¿Promesa de un informe futuro? Sí. Clásico.

Y mientras el mundo se pregunta cómo sobrevivirá sin la ayuda humanitaria de EE.UU., empresas y organizaciones se declaran en bancarrota. ¿El resultado? Miles de programas cerrados, despidos masivos y una crisis financiera que parece sacada de un manual de “cómo no hacer política exterior”.

En resumen, amigos, esto es lo que pasa cuando mezclas a Trump, Musk y un montón de decisiones apresuradas. ¿El resultado? Un circo. Pero, oye, al menos nos da algo de qué reír… o llorar.