Nacional
Reflexiones sobre la democracia y el poder del pueblo en tiempos de cambio

Queridos míos, hoy les quiero compartir unas reflexiones que me han hecho pensar en cómo las cosas van cambiando con el tiempo, como las hojas de los árboles en otoño. Resulta que el Gobernador de Sinaloa, el señor Rubén Rocha Moya, habló sobre algo que me recordó a esos viejos tiempos en los que las decisiones importantes se tomaban entre todos, con calma y respeto. Él mencionó que está dispuesto a someterse a un mecanismo llamado “revocación de mandato”, que no es más que una forma de que el pueblo decida si alguien debe seguir en su cargo o no.
“El pueblo pone y el pueblo quita”, dijo él, con esa sabiduría que da el saber que el poder no es eterno, sino un compromiso que se renueva día a día. Y es que, ¿no les parece que esto es como cuando en la familia decidimos juntos qué camino tomar? A veces, hay que escuchar, reflexionar y, sobre todo, respetar lo que la mayoría siente y piensa.
Por otro lado, el señor Gerardo Fernández Noroña, un legislador, sugirió que en lugar de pedir renuncias a gritos, lo mejor sería hacer una consulta para que la gente decida con tranquilidad. Y eso, queridos, es como cuando en la cocina probamos un platillo antes de servirlo: hay que asegurarse de que esté bien para todos.
También se habló de unas propuestas para reformar la Constitución, como evitar la reelección y el nepotismo. El Gobernador de Zacatecas, David Monreal, las llamó “extraordinarias”, y yo pienso que, en efecto, son ideas que buscan cuidar lo más valioso que tenemos: la justicia y la igualdad.
Pero, como siempre les digo, no todo es perfecto. Una encuesta mostró que muchos sinaloenses están preocupados por la inseguridad y la violencia, y eso nos recuerda que los gobernantes tienen una gran responsabilidad. Sin embargo, también es importante recordar que los cambios no ocurren de la noche a la mañana. Se necesita paciencia, diálogo y, sobre todo, unidad.
Así que, queridos míos, les dejo esta reflexión: la vida es como un río que fluye, a veces tranquilo, a veces agitado, pero siempre avanzando. Y en ese camino, lo más importante es cuidarnos unos a otros, escucharnos y trabajar juntos por un futuro mejor. Con cariño, su abuelita.