Tecnología
Telescopios captan un chorro de radio gigante de un cuásar ancestral

Ah, la ciencia. Ese pasatiempo en el que los humanos apuntan tubos gigantes al cielo para descubrir cosas que, francamente, no necesitamos saber, pero que igual nos fascinan. Esta vez, los telescopios de medio mundo (literalmente, porque hay observatorios en Europa, Hawái y Texas, porque ¿por qué conformarse con uno cuando puedes tener tres?) han detectado un chorro de radio tan grande que hace que la Vía Láctea parezca un mero pasillo cósmico. Sí, este chorro tiene el doble de ancho que nuestra galaxia. ¿Qué estabas haciendo tú cuando el universo tenía solo 1.000 millones de años? Probablemente no lanzando chorros de radio de 200.000 años luz de extensión, eso seguro.
El cuásar responsable de este espectáculo cósmico se formó cuando el universo era apenas un adolescente rebelde, con solo el 9% de su edad actual. Y, oh, qué adolescente más brillante es este cuásar. Con una masa 450 millones de veces mayor que la de nuestro sol, este objeto es básicamente el equivalente cósmico de ese amigo que siempre tiene la luz encendida en su casa, pero en esteroides. Y no, su agujero negro no es “particularmente masivo”, porque claro, ¿para qué ser modesto cuando puedes ser simplemente ridículamente enorme?
Anniek Gloudemans, la autora principal del estudio, nos recuerda que podemos ver este objeto desde la Tierra solo porque es tan extremadamente grande. Gracias, Anniek, por recordarnos que el universo no tiene problema en ser ostentoso. Y mientras los astrónomos se emocionan con este descubrimiento, el resto de nosotros nos preguntamos: ¿qué haríamos si un chorro de radio así llegara a la Tierra? ¿Nos daría Wi-Fi gratis? Probablemente no, pero al menos nos daría algo de qué hablar en las cenas familiares.
Así que ahí lo tienes: un chorro de radio gigante, un cuásar brillante y un montón de científicos emocionados. El universo, como siempre, nos recuerda que, en comparación, nuestros problemas son bastante pequeños. Aunque, técnicamente, todo es pequeño comparado con un chorro de radio de 200.000 años luz.