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Chihuahua se prepara para recibir migrantes mientras Trump amenaza con deportaciones

Ah, Chihuahua, el estado que nunca duerme… o al menos no cuando se trata de recibir a miles de migrantes en medio de una posible crisis migratoria. ¿Y quién es el villano de esta película? Nada más y nada menos que el señor Donald Trump, quien, como si fuera el Grinch de las deportaciones, amenaza con enviar a miles de personas de regreso a México. ¿Qué hace Chihuahua? Pues, instalar cinco centros de atención para recibir a sus connacionales. ¡Porque nada dice “bienvenidos a casa” como un comedor comunitario y un techo temporal!
Santiago de la Peña, el secretario de Gobierno del estado, con esa calma que solo puede tener alguien que no sabe cuántas personas van a llegar, anunció que estos centros podrían recibir hasta 2,500 migrantes cada uno. Sí, porque ¿para qué preocuparse por números exactos cuando puedes simplemente multiplicar por cinco y decir “hasta 12,500 personas”? Tres de estos centros estarán en Ciudad Juárez y dos en Ojinaga, porque, claro, ¿qué mejor lugar para recibir a deportados que en ciudades fronterizas?
El secretario también mencionó que están trabajando en coordinación con el Gobierno Federal, lo que básicamente significa que están esperando instrucciones de alguien más. Porque, ¿para qué tomar decisiones cuando puedes simplemente esperar a que alguien te diga qué hacer? Mientras tanto, en Ciudad Juárez, las autoridades ya están teniendo reuniones con los encargados de albergues. ¿El tema principal? Cómo prepararse para una posible crisis migratoria. Spoiler: nadie sabe realmente qué va a pasar, pero todos están listos para actuar… o al menos para tener otra reunión la próxima semana.
Y hablando de reuniones, Francisco Javier Bueno, de la Casa del Migrante, mencionó que no se habló de números exactos de migrantes. ¿Por qué? Porque todos están “a la expectativa”. Traducción: nadie tiene idea de lo que va a pasar, pero todos están listos para improvisar.
Mientras tanto, en la zona Centro de Ciudad Juárez, los migrantes esperan. Algunos vienen de Venezuela y Colombia, otros simplemente están ahí, esperando a ver qué hace Trump en su primer día como presidente. ¿Qué harán? Nadie lo sabe. ¿A dónde irán? Tampoco lo saben. Pero al menos tienen un comedor en Catedral donde les dan comida diaria. Porque, claro, ¿qué mejor manera de enfrentar la incertidumbre que con un plato de sopa caliente?
En resumen, Chihuahua está preparado… o al menos está tratando de estarlo. Trump amenaza, los migrantes esperan, y todos los demás están en modo “a ver qué pasa”. ¿Qué podría salir mal?