Asesinato de empleado de Protección Civil sacude Guadalupe y Calvo

En un giro oscuro del destino, la tarde de este miércoles se tiñó de tragedia en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua. Un hombre, identificado como Librado Iván C.O., de apenas 34 años y empleado de la Coordinación Municipal de Protección Civil, fue hallado sin vida, víctima de un brutal asesinato. Las balas, frías y despiadadas, sellaron su destino en la salida de la localidad de El Zorrillo, dejando un manto de dolor y preguntas sin respuesta.

La Fiscalía de Distrito Zona Sur, con la solemnidad que exige un crimen de tal magnitud, anunció el inicio de una investigación exhaustiva. ¿Quién pudo arrebatarle la vida a un servidor público dedicado a proteger a otros? ¿Qué oscuros intereses se esconden tras este acto despiadado? Las preguntas flotan en el aire, mientras los agentes de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) se apresuran a desentrañar la verdad.

En el lugar de los hechos, una pick-up negra, marca General Motors, modelo Cheyenne del 2009, se convirtió en el escenario de un crimen que estremece a la comunidad. Dentro del vehículo, el cuerpo sin vida de Librado Iván yacía en silencio, mientras un casquillo calibre 9 milímetros, testigo mudo del horror, era asegurado por los expertos de Servicios Periciales y Ciencias Forenses. El cuerpo fue trasladado para la necropsia de ley, en busca de respuestas que puedan iluminar este oscuro capítulo.

Pero la tragedia no terminó ahí. En un giro que parece sacado de una película de suspenso, las Bases de Operación Interinstitucional (BOI) descubrieron, en medio de la espesura de El Riyito, dos campamentos y diez parapetos de piedra, presuntamente utilizados para actividades delictivas. La destrucción de estos enclaves fue ordenada, como un acto simbólico de justicia en medio del caos.

El despliegue de fuerzas conjuntas, incluyendo a la AEI, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, recorrió comunidades como El Zorrillo, El Muertecito, Puerto del Aire, La Joyita, San Miguel y El Riyito. Cada paso, cada rincón explorado, era una batalla contra la sombra del crimen organizado que amenaza con devorar la tranquilidad de la región.

Mientras tanto, los habitantes de Guadalupe y Calvo contienen el aliento, preguntándose si la seguridad volverá a sus calles. Los operativos continúan, pero la pregunta persiste: ¿será suficiente para detener la ola de violencia que parece no tener fin? El destino de un municipio entero pende de un hilo, en una historia donde nada es lo que parece y cada detalle podría ser la clave para desentrañar un misterio que ha dejado a todos al borde del abismo.