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Internacional

Devotos inundan la playa para honrar a Yemanjá, la diosa del mar

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Ah, sí, Río de Janeiro, la ciudad maravillosa, donde el mar no solo sirve para tomar selfies con el Cristo Redentor de fondo. Este domingo, miles de devotos decidieron que lo mejor que podían hacer con sus túnicas blancas (sí, blancas, en la playa, porque ¿qué podría salir mal?) era adentrarse en el agua para rendir homenaje a Yemanjá, la diosa del mar afrobrasileña. Porque, claro, ¿qué mejor manera de honrar a una deidad que metiéndose en el océano con ramos de flores y esperar que no se los lleve la corriente?

Los tambores sonaban, los aplausos seguían el ritmo, y ahí estaban ellos, ofreciendo sus coloridos ramos a Yemanjá, como si el mar fuera un buzón de correos divino. “Traemos ofrendas al mar pidiendo que ella nos brinde protección, prosperidad y que se lleve con el mar todo lo que es malo, toda la negatividad”, dijo Beatriz Toledo, una profesora de 26 años. Porque, obviamente, Yemanjá tiene un servicio de limpieza espiritual submarino. “Ella es una madre, nos cuida”, añadió Beatriz, porque, claro, ¿qué madre no querría que sus hijos le arrojaran flores al mar?

Yemanjá, esa deidad multitasking, es central en religiones como el Candomblé y la Umbanda. Aunque, por supuesto, los practicantes de estas creencias no han tenido precisamente un camino de rosas (o de ramos de flores). Han sido y siguen siendo víctimas de discriminación y crímenes de odio en Brasil. Pero, hey, este domingo no era día para pensar en eso. Era día de alegría, de conexión con la naturaleza y de pedirle a Yemanjá que, por favor, se llevara toda la mala vibra.

María de Fátima Santos, una profesora de 68 años, lo resumió perfectamente: “Es muy emocionante porque entendemos que la gente necesita este momento de reflexión, un momento de paz interior, de conexión con la naturaleza”. Porque, claro, nada dice “paz interior” como meterse en el mar con un ramo de flores y esperar que una diosa te escuche.

Y, por si fuera poco, Anielle Franco, la ministra de Igualdad Racial, también se unió a la fiesta. “Me desperté en Río de Janeiro acompañando las celebraciones del Día de Yemanjá. Señora de las aguas, brisa ligera, aire marino, olas e inmensidad”, escribió en X. Porque, obviamente, cuando eres ministra, tu feed de redes sociales debe incluir poesía marina.

En fin, las celebraciones duraron toda la tarde y se extendieron hasta la noche, porque, claro, ¿qué mejor manera de terminar el día que pidiéndole a una diosa que te cuide mientras te quedas mirando las olas? Absurdo, sí, pero también hermoso. Y, al final, ¿quién no necesita un poco de magia en su vida?

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