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Nacional

Diputada propone que el servicio social cuente como experiencia laboral

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Ah, la eterna lucha de los recién egresados: salir de la universidad con un título en una mano y un vacío existencial en la otra, porque, claro, ¿quién necesita experiencia laboral cuando tienes un diploma que dice “soy profesional”? Pues parece que la diputada federal del PRI, Marcela Guerra Castillo, decidió jugar al héroe (o heroína, en este caso) y presentó una iniciativa para reformar el artículo 15 de la Ley General de Educación Superior. ¿El objetivo? Que el servicio social cuente como experiencia laboral. ¡Qué idea tan revolucionaria! ¿Quién lo hubiera pensado? Bueno, aparte de todos los estudiantes que llevan años diciendo lo mismo.

En su exposición de motivos, la diputada argumentó que la falta de experiencia es el principal obstáculo para que los recién egresados encuentren trabajo. ¡Vaya novedad! Pero no se preocupen, porque su solución es tan simple como brillante: expedir un comprobante de acreditación del servicio social que ningún empleador podrá rechazar. ¿Por qué no se nos ocurrió antes? Ah, sí, porque los empleadores suelen ser tan flexibles como una roca.

Actualmente, la ley ya menciona que el servicio social puede ser promovido como experiencia laboral, pero la diputada quiere ir más allá y hacerlo obligatorio. Porque, claro, ¿qué mejor manera de asegurar que los jóvenes tengan trabajo que obligar a las empresas a aceptar que repartir folletos en una oficina gubernamental cuenta como “experiencia profesional”?

Y no se preocupen, la diputada tiene datos para respaldar su iniciativa. Según una encuesta nacional de egresados, el 41.8% de los jóvenes no consiguen trabajo por falta de experiencia, el 21.2% porque los salarios son más bajos que sus expectativas (y sus deudas estudiantiles), y el 9.1% porque no hay vacantes en su área. ¡Pero tranquilos! Con esta reforma, todos esos problemas desaparecerán como por arte de magia.

Además, la OCDE ya advirtió que México tiene una de las tasas de empleo más bajas entre los egresados universitarios. ¿La solución de la diputada? Hacer que el servicio social cuente como experiencia laboral. Porque, obviamente, el problema no es la falta de oportunidades, sino que los empleadores no valoran lo suficiente el tiempo que pasaste archivando papeles en una dependencia gubernamental.

En resumen, la diputada cree que los jóvenes son el presente y el futuro del país, y que merecen todas las herramientas para alcanzar una mejor calidad de vida. Y aunque su iniciativa suena bien en papel, uno no puede evitar preguntarse: ¿realmente solucionará algo, o solo será otro parche en un sistema que necesita una reforma mucho más profunda? Pero bueno, al menos es un paso. O eso dicen.