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El Mayo Zambada habla de abrazos, fentanilo y su captura inesperada

¡Ay, caray! ¿Listos para esta historia que parece sacada de una película de narcos, pero con un toque de drama familiar y un montón de giros inesperados? ¡Vamos al lío!
Resulta que el mismísimo Ismael “El Mayo” Zambada, el jefe narco más buscado desde que el queso se inventó, se sentó a platicar con la periodista María Scherer Ibarra (sí, la hija del legendario Julio Scherer García, porque aquí todos tienen pedigree). Y, ojo, esto fue DOS SEMANAS antes de que lo agarraran como si fuera un paquete de Amazon perdido en el aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México. ¡Qué timing, ¿no?!
El tema estrella de la charla fue la famosa estrategia de “Abrazos, no balazos” de AMLO. Y adivinen qué: ¡El Mayo le dio la razón! Sí, como lo oyen. El capo dijo que los balazos son peligrosos (¡no me digas, Sherlock!). Pero, ojo, no se confundan, esto no significa que el narco y el gobierno estén tomándose de la manita y cantando “Kumbayá”. Zambada soltó que conoce gente metida en todos lados: policías municipales, estatales, federales… ¡hasta gobernadores! Aunque, claro, según él, la prensa miente más que un político en campaña.
Luego llegó el tema del fentanilo, esa droga que tiene a todos los gobiernos más nerviosos que un gato en una piscina. El Mayo juró y perjuró que él no tiene nada que ver con esa cosa tan peligrosa. “Aquí no van a encontrar ni una tiendita mía de fentanilo”, dijo, como si estuviera hablando de una franquicia de tacos.
Pero, ¡aguas!, porque aquí viene el drama familiar. El hijo de El Mayo, Víctor Zambada Niebla, está en el programa de testigos protegidos en Estados Unidos desde 2021. Y el pobre Mayo confesó que lo extraña todos los días, aunque no dijo nada que pudiera perjudicarlo. Incluso admitió que entiende el dolor de las familias que han perdido a sus seres queridos. ¡Uy, qué sensible!
Y, para cerrar con broche de oro, dos semanas después de esta entrevista, El Mayo fue secuestrado y enviado a Estados Unidos en un operativo del que México ni se enteró. ¡Qué desmadre!
Así que ya saben, amigos: abrazos, fentanilo, drama familiar y un secuestro de película. ¿Qué más se puede pedir? ¡Salud! 🍻