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Harfuch advierte que dialogar con criminales es un error catastrófico

¡Ay, caray! ¿Qué tal, compas? Les voy a contar esta historia que parece salida de una película de acción, pero con un toque de drama político y un poquito de comedia, porque, ¡vamos!, esto no tiene desperdicio. Resulta que el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, el mismísimo, se puso bien serio (bueno, más o menos) y dijo que dialogar con los criminales es como querer abrazar un cactus: ¡duele y siempre sale mal!
El hombre, con toda la energía de un superhéroe, pero sin capa, declaró que las organizaciones criminales son como esos amigos tóxicos que te invitan a fiestas y luego te dejan pagando la cuenta. ¡Ellos son los que corrompen a las autoridades, cobran “piso” (que no es para bailar, ojo) y extorsionan a diestra y siniestra! Y ojo, porque Harfuch lo dijo clarito: “¡Cualquier diálogo con ellos es un espejismo, como querer agarrar agua con las manos! ¡Siempre, siempre, siempre sale mal!”.
Pero eso no es todo, amigos. En una reunión con los diputados de Morena (sí, esos que siempre andan en la mira), Harfuch les pidió ayuda para que la ciudadanía sepa que hay autoridades en las que pueden confiar. ¡Claro! Porque los malos de la película son los criminales, esos que hacen daño a los jóvenes, a los niños y que, básicamente, son los villanos de esta historia.
Y aquí viene lo bueno: mientras Harfuch hablaba de seguridad y estrategias, las diputadas de Morena no pudieron contenerse y empezaron a gritar: “¡Guapo!”. Sí, como lo oyen. ¡Le tiraron piropos al Secretario! Y no solo eso, también le dijeron: “¡No estás solo!”. ¿Qué tal? Parecía más un concierto que una reunión política.
Ricardo Monreal, el coordinador de los diputados, también se sumó a la ola de elogios, diciendo que la estrategia de seguridad es “de las más sentidas” (y no, no se refería a un drama de telenovela). Además, destacó que todos querían escuchar a Harfuch, estrecharle la mano y hasta tomarse una foto con él. ¡Vamos, que el hombre es toda una estrella!
Para cerrar con broche de oro, Harfuch dejó claro que su prioridad es coordinar con las autoridades estatales para combatir los delitos. Y no solo eso, también habló de usar inteligencia para detener a los criminales. O sea, el hombre está como en modo “misión imposible”, pero con menos explosiones y más estrategia.
En fin, amigos, esta historia tiene de todo: drama, acción, piropos y hasta un mensaje importante. Así que ya saben, si alguien les dice que dialoguen con criminales, ¡corran! Porque, como dijo Harfuch, eso es un espejismo. Y nadie quiere terminar abrazando un cactus, ¿verdad? ¡Salud! 🍻