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Nacional

La frontera de Nogales en vísperas de la toma de protesta de Trump

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Queridos míos, hoy les quiero contar cómo amaneció la frontera de Nogales, un lugar que siempre ha sido testigo de tantas historias, algunas alegres, otras no tanto. El frío de la mañana, con sus -1°C, parecía reflejar la tensión que se respiraba en el aire. No se veían migrantes, como suele ser habitual, pero sí largas filas de personas esperando pacientemente para cruzar hacia Estados Unidos. La vida en la frontera es así, un vaivén de esperanzas y preocupaciones.

La incertidumbre por la toma de protesta de Donald Trump como presidente de Estados Unidos el próximo lunes se sentía en cada rincón. Las miradas de las personas, aunque calladas, decían mucho. En las garitas peatonales, como las de Dennis DeConcini y Morley, la gente esperaba con paciencia, como quien sabe que la vida a veces nos pone a prueba, pero que todo, al final, tiene su momento.

Las garitas vehiculares, como Mariposa y Dennis DeConcini, tenían un tiempo de cruce de casi dos horas y media. Aunque se hablaba de un posible éxodo de familias regresando a México o de caravanas de autos, la realidad es que no se veía nada de eso. La vida seguía su curso, como un río que, aunque lento, siempre avanza.

Lo que más me llamó la atención fue una anciana sentada en una silla en la calle Internacional, mirando hacia Estados Unidos. Con voz firme, pero llena de preocupación, advirtió a quienes pasaban: “¡Tengan cuidado, no tomen fotos!”. Ella contó que los sicarios patrullaban la zona, y aunque sus palabras buscaban intimidar, también transmitían una tristeza profunda. “Ellos son los dueños de toda la línea. Es mejor que se vayan, los golpean muy feo, me dan mucha lástima”, dijo.

Frente a ella, en el muro fronterizo, se vivía un encuentro familiar. Dos mujeres y tres niños, separados por la frontera, pudieron tocarse, aunque fuera por un momento. Esas pequeñas cosas, queridos míos, son las que nos recuerdan que, a pesar de las dificultades, el amor y la familia siempre encuentran un camino.

La toma de protesta se acerca, y aunque el dólar sigue estable, con un precio de compra de 19.70 pesos y de venta de 20.70 pesos, lo que más importa es cómo nos cuidamos unos a otros en estos tiempos de cambio. La vida en la frontera es dura, pero también nos enseña a valorar lo que tenemos y a mantener la esperanza, incluso en los días más fríos.

Así que, queridos míos, les dejo esta reflexión: la paciencia y la calma son nuestras mejores aliadas. Como decía mi abuela, “todo pasa, y lo que no pasa, se aprende”. Cuídense mucho y no olviden que, aunque el camino sea largo, siempre hay algo bueno esperándonos al final.

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