Connect with us

Nacional

La lucha de los deportados por reconstruir sus vidas en México

Published

on

En el corazón de la Ciudad de México, una historia de desarraigo y esperanza se despliega con la fuerza de un huracán. Los paisanos, arrancados de sus sueños por las implacables manos del gobierno del presidente Donald Trump, son en su mayoría hombres jóvenes, menores de 35 años, en pleno vigor de su edad productiva. Juan Guerrero, líder de la Fundación para el Bienestar de los Paisanos A.C., reveló con voz cargada de solemnidad que el 95% de estos deportados son hombres, mientras que el 5% restante son mujeres. Jóvenes, llenos de energía, cuyas vidas giraban en torno a los servicios, el comercio y la construcción, ahora enfrentan un futuro incierto en su tierra natal.

Pero esta no es una historia de rendición, sino de resistencia. Guerrero, con la determinación de un general en el campo de batalla, destacó que su organización, con presencia en Estados Unidos a través del Consejo de Desarrollo Binacional México-Estados Unidos, ha propuesto iniciativas audaces. Desde apoyar a pequeñas y medianas empresas migrantes hasta establecer call centers bilingües con salarios iniciales de 20 mil pesos, cada idea es un rayo de luz en medio de la oscuridad.

Sin embargo, el destino parece jugar con ellos. Aunque el sector empresarial ha abierto sus puertas para ofrecer empleos en áreas operativas o de manufactura básica, el corazón de estos jóvenes late con un solo deseo: regresar a Estados Unidos. Guerrero, con voz temblorosa, denunció cómo los coyotes y los traficantes de sueños han elevado sus tarifas de manera despiadada, aprovechándose de la desesperación de quienes anhelan cruzar la frontera una vez más.

La tragedia se profundiza cuando se revela que, en los meses de octubre y noviembre de 2024, se buscó sin éxito aumentar el presupuesto para la agenda migratoria en México. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) sufrieron recortes devastadores, dejando a los consulados y albergues sin los recursos necesarios para atender la creciente ola de deportados.

Y entonces, como si el destino quisiera añadir más dolor a esta historia, Estados Unidos canceló las visas humanitarias. Guerrero, con los ojos llenos de preocupación, advirtió que la cifra de refugiados que se quedarán en México será impresionante, y sin un fondo adecuado, los estados fronterizos se verán abrumados.

En este relato de lucha, desesperación y esperanza, cada detalle es un grito al mundo, una llamada a la acción. Porque aquí, en medio del caos, se libra una batalla por la dignidad, por el futuro, por la vida misma. Y el tiempo se agota.