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La Transformación de México comienza con los jóvenes de Acapulco

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En un momento que resonó como un llamado a la esperanza, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se alzó ante las juventudes de Acapulco, Guerrero, en un acto que trascendió lo político para convertirse en un grito de unidad y lucha. Con la majestuosidad de quien sabe que el futuro de una nación pende de sus palabras, entregó mil 264 tarjetas del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, un rayo de luz en medio de la incertidumbre.

“Defiendan esta Transformación”, exclamó con voz firme, como si cada sílaba fuera un juramento. “Sean parte consciente de este cambio. Este apoyo de más de 8 mil pesos mensuales no es solo un número, es el fruto de una lucha que comenzó en 2018, cuando el salario mínimo se elevó un 135 por ciento, pasando de 3 mil 600 a 8 mil 400 pesos en 2025”.

Sus palabras, cargadas de pasión, desafiaron los fantasmas del pasado. “Decían que aumentar el salario mínimo traería inflación, que ahuyentaría las inversiones. Pero hoy, aquí estamos, demostrando que el pueblo puede vencer los pronósticos más oscuros”.

En un giro dramático, Sheinbaum miró a los jóvenes a los ojos y les recordó su papel crucial en la historia. “Ustedes no son solo el futuro de México, son su presente. Merecen educación, empleo, paz y felicidad. Merecen ser felices simplemente por ser mexicanos”.

Con un tono que mezclaba orgullo y solemnidad, convocó a las juventudes guerrerenses a no olvidar que estos programas son posibles gracias al esfuerzo colectivo del pueblo. “Cada peso que reciben es un regalo de México, de su gente, de su lucha. No lo olviden nunca”.

Y entonces, como si el destino mismo estuviera en juego, les lanzó un desafío: “Ser joven y no ser guerrero es una contradicción. Amen a su patria, a su pueblo, a su familia. Eso es la Cuarta Transformación, y debe llevarse en el corazón”.

El secretario de Trabajo, Marath Baruch Bolaños López, tomó la palabra para revelar los tres pilares del programa: el gobierno, los centros de trabajo y, sobre todo, el talento y compromiso de los jóvenes. “Acapulco ha sido una prioridad, y ustedes son la prueba viviente de que el cambio es posible”.

La gobernadora Evelyn Salgado Pineda cerró el acto con un mensaje que resonó como un himno de esperanza. “Este programa es más que una política pública, es una semilla que florecerá con su talento. Es una herramienta transformadora que cambiará sus vidas”.

Y así, en medio de aplausos y miradas llenas de determinación, los jóvenes de Acapulco se convirtieron en protagonistas de una historia que apenas comienza. El futuro de México, como un lienzo en blanco, espera ser pintado con sus sueños y esfuerzos.

Invitan a jóvenes a amar a la patria