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Lluvia helada y caos vial en Nuevo León, pero la vida sigue

Ah, Nuevo León, el lugar donde el clima decide jugar a ser Game of Thrones y nos regala lluvia helada como si fuera el invierno que nunca llegó a Westeros. Pese a los reportes de aguanieve y lluvia helada en gran parte del estado, la mayoría de las carreteras siguen operando como si nada, porque, claro, ¿qué es un poco de hielo comparado con la determinación de un regiomontano?
Pero no todo es color de rosa (o de hielo, en este caso). La Carretera libre a Laredo decidió que no estaba para juegos y cerró en ambos sentidos a la altura de la cuesta de Mamulique. ¿La razón? Hielo en la carpeta asfáltica. Sí, básicamente, la carretera se convirtió en una pista de patinaje improvisada. Protección Civil, en su sabiduría infinita, dijo: “Nope, esto no es seguro”, y cerró la vía. Gracias, capitanes obvios.
Y no creas que la Autopista Monterrey-Nuevo Laredo se salvó. Ahí también hubo neblina y hielo, porque ¿por qué conformarse con un solo problema climático cuando puedes tener dos? Mientras tanto, la Carretera Nacional, en dirección a Linares, está transitable, pero con algunos tramos de lluvia helada, porque, ya sabes, un poco de drama nunca viene mal.
La Carretera libre Monterrey-Saltillo también se sumó a la fiesta del hielo, con algunas zonas donde el pavimento decidió congelarse, especialmente en los límites con Coahuila. Y, por si fuera poco, la Autopista a Saltillo reportó que todo está “normal”, pero con lluvia helada y bancos de neblina. Ah, sí, totalmente normal, como un día cualquiera en el Ártico.
La Carretera de Reynosa no quiso quedarse atrás y presentó las mismas condiciones de lluvia helada, con algunos tramos cerca de General Bravo donde el pavimento se congeló. Y, aunque en la Carretera de Linares a Galeana también hubo aguanieve, no la cerraron. Porque, ¿para qué cerrar una carretera cuando puedes vivir al límite, verdad?
En resumen, Nuevo León está viviendo su propia versión de Frozen, pero sin la música pegajosa. Así que, si vas a salir, abrígate bien, maneja con cuidado y recuerda: el hielo es traicionero, pero el tráfico lo es más.