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Nacional

México celebra subidas de consumo mientras la inversión lucha por no desmayarse

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Ah, México, ese país donde el consumo privado parece estar en una fiesta interminable mientras la inversión fija bruta intenta no quedarse dormida en el sofá. En noviembre de 2024, el consumo privado decidió darse un gustito con un aumento mensual del 0.46%, porque, claro, ¿quién no necesita un poquito más de gasto en su vida? Mientras tanto, la Inversión Fija Bruta (IFB) apenas logró un tímido 0.12%, como si estuviera preguntándose si valía la pena el esfuerzo.

Pero no todo es alegría en el mundo del consumo. Los bienes importados, esos caprichos que nos encanta comprar, crecieron un 1.71%, después de dos caídas previas. ¿Será que finalmente nos dimos cuenta de que no podemos vivir sin ese último gadget que ni siquiera sabemos usar? Por otro lado, los bienes y servicios nacionales subieron un 0.42%, porque, bueno, también hay que apoyar lo local, ¿no?

En el rincón de la inversión, la maquinaria y equipo total dieron un salto del 1.74%, como si alguien hubiera dicho: “¡Hey, necesitamos más máquinas!”. Pero la construcción, esa eterna protagonista de dramas económicos, cayó un 1.03%, acumulando cuatro bajadas seguidas. ¿Alguien tiene un manual de instrucciones para levantar este sector?

Dentro de la inversión en maquinaria y equipo, la parte nacional subió un 3.61%, como si estuviera compensando la caída de octubre. Mientras tanto, el componente importado avanzó un 0.60%, porque, claro, no podemos dejar de traer cosas de fuera.

En el mundo de la construcción, la no residencial bajó un 0.25%, y la residencial se desplomó un 1.96%. ¿Será que la gente prefiere vivir en carpas ahora? En comparación anual, el consumo privado aumentó un 0.69%, mientras que la Inversión Fija Bruta disminuyó un 0.30%. Vamos, que el consumo sigue bailando, pero la inversión parece estar buscando un lugar tranquilo para sentarse.

En resumen, México sigue siendo ese lugar donde el consumo se da un festín y la inversión intenta no quedarse atrás, aunque a veces parezca que está corriendo una maratón con zapatos de plomo. ¡Qué país, señores, qué país!