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Nacional

Nogales se prepara para recibir deportados con camas y cobijas

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Ahí va, amigos. Resulta que el alcalde de Nogales, Juan Francisco Gim (sí, el que tiene un nombre que suena a personaje de telenovela), está más organizado que nosotros cuando intentamos planear un viaje grupal. Según él, están listos para recibir a los migrantes deportados, aunque, claro, no tienen ni idea de cuántos van a llegar. Pero tranquilos, ya tienen tres espacios preparados para alojarlos temporalmente. ¿Qué son? Pues un gimnasio, una nave industrial y un centro comunitario. Básicamente, los lugares que elegirías para una fiesta de graduación de último minuto.

El alcalde, en su rol de anfitrión improvisado, asegura que ya están colocando camas, sanitarios y cocinas. O sea, como cuando tu mamá te dice que limpies tu cuarto porque llegan visitas, pero a escala municipal. Y no solo eso, también están capacitando al personal local para coordinar la asistencia. ¿Capacitando? Sí, como si fuera un curso intensivo de “Cómo ser anfitrión en una crisis migratoria”.

Por si fuera poco, el gobierno estatal y federal están aportando cobijas, colchones y pabellones. O sea, todo lo necesario para que los deportados no pasen frío mientras se resuelve su retorno a sus lugares de origen. Aunque, sinceramente, suena más a un campamento de verano forzado que a un plan humanitario.

Y aquí viene lo mejor: las deportaciones “normales” (sí, entre comillas, porque ¿qué es normal en estos tiempos?) siguen su curso como antes de la era Trump. Por la garita Dennis DeConcini (nombre que parece sacado de una película de espías) deportan entre 20 y 30 personas al día. Nada del otro mundo, pero suficiente para mantener los camiones listos y los albergues en espera.

En Hermosillo, por si acaso, ya están acondicionando el gimnasio Ana Gabriela Guevara. Porque, claro, ¿qué mejor lugar para recibir a deportados que un gimnasio con nombre de atleta olímpica? Y no olvidemos los 600 agentes de la Guardia Nacional, 51 policías estatales y 300 empleados de salud desplegados en la frontera. O sea, todo un ejército listo para lo que sea.

En resumen, Nogales está más preparado que nosotros para una emergencia, pero, ¿realmente estamos listos para lo que viene? Eso, queridos amigos, es otra historia.