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Nacional

Reflexiones sobre la política y los negocios en Tulum

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Queridos míos, hoy les quiero compartir una noticia que me ha hecho reflexionar, como tantas otras que vemos en estos tiempos. Resulta que en Quintana Roo, específicamente en Tulum, se ha aprobado la concesión de 400 carritos de golf para que funcionen como transporte público. Sí, esos carritos pequeños que uno ve en los campos de golf, ahora rodarán por las calles del centro de Tulum.

Pero, como siempre, hay más detrás de esta decisión. El diputado José Luis Pech, un hombre que parece tener el corazón en su lugar, ha denunciado que este proyecto no busca el bienestar de la gente, sino que es un negocio más para algunos legisladores. Él dice que, en lugar de pensar en un plan integral para el desarrollo de Tulum, se ha optado por darle prioridad a los intereses de unas cuantas empresas. Y, aunque no tiene pruebas concretas, insiste en que estas empresas están ligadas al Partido Verde, que parece tener mucho poder en la región.

Uno no puede evitar sentir tristeza al ver cómo las cosas se hacen de manera apresurada, sin pensar en las consecuencias a largo plazo. El diputado Pech mencionó que el dictamen se aprobó rápidamente, sin dar tiempo a discutirlo debidamente. Eso, queridos míos, es algo que siempre les digo: las decisiones tomadas a la ligera rara vez traen buenos resultados.

Y, aunque no quiero sonar alarmista, me preocupa que este tipo de acciones puedan traer problemas en el futuro. Tulum es un lugar hermoso, lleno de vida y turismo, pero si no se cuida adecuadamente, podría perder su encanto. Ya lo he visto antes: cuando se priorizan los negocios sobre el bien común, las cosas suelen terminar mal.

Pero no todo está perdido. Siempre hay personas como el diputado Pech, que alzan la voz y tratan de hacer las cosas bien. Aunque sea una sola voz en medio de muchas, es importante que no se rinda. Porque, al final del día, lo que cuenta es la honestidad y el amor por la tierra que uno habita.

Así que, queridos míos, les dejo esta reflexión: en la vida, como en la política, es importante actuar con paciencia, con cuidado y, sobre todo, con el corazón puesto en lo que realmente importa. Porque, como les digo siempre, las cosas bien hechas siempre dejan huella. Y esa huella, aunque pequeña, puede marcar la diferencia.

Ahora, si me disculpan, voy a prepararme un té calentito para seguir pensando en estas cosas. La vida es corta, pero las decisiones que tomamos pueden durar mucho tiempo. Así que, como siempre, les mando un abrazo fuerte y les deseo que encuentren la calma y la sabiduría en cada paso que den.

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