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Reflexiones sobre la violencia y las deudas en Guadalajara

Queridos míos, hoy les quiero compartir una historia que me ha dejado pensando mucho, como cuando uno se sienta a tomar un té caliente y reflexiona sobre la vida. En Guadalajara, una discusión por una deuda que no se había pagado terminó en una tragedia que nos recuerda lo frágil que puede ser la convivencia entre las personas.
Resulta que un hombre, José de Jesús, se vio envuelto en una pelea con alguien que le reclamaba dinero. En lugar de resolver las cosas con calma, como uno esperaría, la situación escaló hasta que José le quitó la vida a esa persona. Ahora él está en prisión, enfrentando las consecuencias de sus actos.
Estas cosas, hijitos, me hacen pensar en lo importante que es mantener la serenidad, incluso en los momentos más difíciles. Las deudas, ya sean de dinero o de otro tipo, pueden generar tensiones, pero nunca justifican la violencia. La vida es demasiado valiosa para perderla por algo que, con paciencia y diálogo, podría haberse solucionado.
Y no es el único caso, ¿saben? El año pasado, en Tlajomulco, otro hombre perdió la vida por una deuda. Esta vez, el deudor fue quien sufrió las consecuencias. Francisco Javier, el acusado, llegó a cobrar lo que le debían, pero las cosas se salieron de control y terminó golpeando a su vecino hasta la muerte.
Estas historias, aunque tristes, nos enseñan algo importante: la violencia nunca es la respuesta. Cuando uno actúa con ira, no solo lastima a los demás, sino que también se destruye a sí mismo. La justicia, aunque tarde, siempre llega, y las decisiones que tomamos en un momento de enojo pueden cambiar nuestras vidas para siempre.
Así que, queridos míos, les pido que siempre piensen antes de actuar. Si alguien les debe algo, hablen con calma, busquen soluciones, y si no se puede resolver, déjenlo en manos de las autoridades. La vida es un regalo que no debemos desperdiciar, y cada día es una oportunidad para elegir el camino de la paz.
Recuerden, la paciencia y el diálogo son como semillas que, con el tiempo, dan frutos de armonía. Cuídense unos a otros, y no permitan que el enojo nuble su corazón. La vida es más sencilla cuando vivimos con amor y respeto.
Con cariño, su abuelita.