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Refugios LGBT+ en México enfrentan emergencia tras medidas de Trump

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Queridos míos, hoy les quiero contar algo que me ha dejado pensando mucho, como cuando uno se sienta a tomar un té caliente y reflexiona sobre la vida. Resulta que, con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, muchas cosas han cambiado, y no precisamente para bien. Los refugios LGBT+ en México, como Casa Frida, han declarado una emergencia porque las deportaciones y las nuevas medidas han puesto en riesgo a cientos de personas que buscan protección y un lugar seguro.

Raúl Caporal, quien dirige Casa Frida, compartió con mucha preocupación que, al suspenderse la cooperación internacional del gobierno estadounidense, se ha afectado gravemente el financiamiento de estos refugios. Imagínense, más del 60% de sus operaciones dependían de ese apoyo. Ahora, cerca de 300 personas que están bajo medidas de seguridad y protección podrían quedar desamparadas. Es como cuando uno ve una tormenta acercarse y sabe que hay que prepararse, pero no siempre se tiene lo necesario para hacerlo.

El panorama, según Raúl, es desolador. Él cree que estamos entrando en una de las épocas más oscuras para la defensa de los derechos humanos. La dignidad, la libertad y la democracia están en peligro, especialmente en lugares como la frontera sur de México, donde ya hay una crisis humanitaria. Y no solo eso, la narrativa que se está impulsando desde la administración de Trump contra las personas trans y de la diversidad sexual ha generado aún más miedo y desesperación.

Pero, ¿saben qué? A pesar de todo, hay algo que siempre nos sostiene: la solidaridad. Raúl hizo un llamado a las empresas y a la industria privada, que antes habían sido aliadas de la diversidad sexual, para que no se olviden de quienes más lo necesitan. También pidió una mejor coordinación con las autoridades para seguir apoyando a las personas migrantes, solicitantes de refugio y desplazadas.

La realidad es que muchas personas LGBT+ huyen de sus países debido a la violencia extrema que enfrentan por su orientación sexual o identidad de género. Sobreviven a crímenes de odio y no tienen acceso a la justicia. Para ellos, volver a sus países no es una opción. Por eso, lugares como Casa Frida son un faro de esperanza, un espacio donde pueden encontrar no solo protección, sino también apoyo para integrarse económica y culturalmente.

Así que, queridos míos, les pido que no olviden a quienes están pasando por momentos tan difíciles. La vida nos enseña que, en los momentos más oscuros, es cuando más debemos abrir nuestros corazones y tender una mano. Porque, al final del día, lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa. Y eso, mis amores, es algo que nunca debemos olvidar.