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Internacional

Trump busca tierras raras en Ucrania a cambio de apoyo militar

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Ah, sí, el siempre predecible Donald Trump, el hombre que convierte todo en un “trato”, incluso cuando se trata de metales raros y guerras. ¿Qué mejor manera de resolver un conflicto internacional que con un poco de trueque estilo mercado de pulgas? En una declaración que dejó a todos preguntándose si estaban escuchando a un presidente o a un vendedor de autos usados, Trump anunció que quiere que Ucrania le dé acceso a sus tierras raras a cambio de apoyo militar y económico. Porque, claro, ¿qué podría salir mal al mezclar recursos estratégicos con una guerra en curso?

Desde la Oficina Oval, Trump se quejó de que Estados Unidos ha estado dando más ayuda a Ucrania que sus socios europeos. “Estamos invirtiendo cientos de miles de millones de dólares”, dijo, como si estuviera contando las monedas de su alcancía. “Ellos tienen excelentes tierras raras. Y quiero la seguridad de las tierras raras”. Sí, porque nada dice “diplomacia” como un presidente que habla de tierras raras como si fueran un nuevo modelo de iPhone.

Pero no se preocupen, amigos, porque Trump también aseguró que está avanzando mucho en las conversaciones para poner fin a la “guerra ridícula” entre Rusia y Ucrania. ¿Ridícula? Claro, porque una guerra que ha desplazado a millones y causado miles de muertes es simplemente una inconveniencia menor, como un atasco de tráfico en hora pico.

Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, no parece tan entusiasmado con la idea de que Estados Unidos y Rusia negocien sobre Ucrania sin Ucrania. “Hablar sobre Ucrania sin nosotros es peligroso para todos”, dijo, con una lógica que, sorprendentemente, parece haber escapado a Trump. Zelenskyy también mencionó que su equipo ha estado en contacto con la administración Trump, aunque las discusiones están en un “nivel general”. Traducción: “Estamos hablando, pero no esperen un acuerdo pronto, a menos que Trump decida que nuestras tierras raras valen un descuento especial”.

En resumen, tenemos a un presidente estadounidense tratando de convertir una guerra en una transacción comercial, un presidente ucraniano intentando no ser ignorado en su propio conflicto, y un montón de metales raros en el centro de todo. ¿Qué podría salir mal? Bueno, casi todo, pero al menos nos queda el consuelo de que, en el mundo de Trump, todo es negociable. Incluso la paz.