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Internacional

Ucrania ataca aeródromo ruso mientras Francia entrega cazas Mirage

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Ahora sí, prepárate para un resumen de la guerra que parece sacado de un episodio de *Black Mirror* mezclado con *Top Gun*. Resulta que Ucrania, en su eterna lucha por no quedarse atrás en el juego de “quién tiene el dron más grande”, atacó un aeródromo ruso en Primorsko-Akhtarsk. Sí, ese lugar que suena a nombre de vodka premium. Según el Estado Mayor General de Ucrania (que, por cierto, publicó la noticia en Facebook, porque ¿qué mejor lugar para anunciar un ataque militar?), el aeródromo era un nido de drones Shahed, esos aparatos que Irán diseña como si fueran juguetes de guerra.

Pero ojo, Rusia, como buen protagonista de esta telenovela bélica, dijo que derribó algunos drones ucranianos. Claro, no especificaron dónde ni cuándo, porque ¿para qué dar detalles si puedes dejar a todos con la intriga? Mientras tanto, Ucrania sigue desarrollando sus propios drones de largo alcance, porque nada dice “independencia” como fabricar tus propios juguetes de destrucción masiva.

Y aquí entra Francia, el amigo que siempre llega con regalos caros. Emmanuel Macron, en un gesto que parece sacado de una película de acción, entregó el primer lote de cazas Mirage a Ucrania. Sebastien Lecornu, el ministro de las fuerzas armadas francesas, lo anunció en X (antes Twitter, para los que aún no se acostumbran). Los pilotos ucranianos, entrenados en Francia (imagínate el jet lag), ya están listos para defender los cielos de Ucrania. Aunque, por supuesto, no sabemos cuántos aviones llegaron, porque los detalles son para los débiles.

Mientras tanto, Rusia no se queda atrás y lanzó 77 drones Shahed y dos misiles Iskander-M a Ucrania. La Fuerza Aérea ucraniana logró destruir 56 drones y otros 18 se perdieron en el aire, como si fueran globos de cumpleaños escapándose. Algunos edificios resultaron dañados, pero no hubo víctimas, lo cual es un alivio en medio de este caos que parece sacado de un videojuego de estrategia.

En resumen: drones, aviones, aeródromos en llamas y un montón de países jugando al Risk con vidas reales. ¿Quién dijo que la geopolítica era aburrida?